La traducción directa: hacia un modelo más profesional
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La traducción directa: hacia un modelo más profesional
Traducción directa frente a traducción indirecta

En el mundo de la traducción existen múltiples tipologías para clasificar las direccionalidades y combinaciones posibles a la hora de traducir. En esta ocasión nos centraremos en la traducción directa y la traducción indirecta.

La traducción directa se define como el proceso de trasladar un texto de una lengua extranjera a la primera lengua del traductor. Es necesario matizar que la primera lengua de un traductor suele ser lo que conocemos como lengua materna, pero se puede dar el caso de que el traductor haya sido educado en otro idioma y por lo tanto sea este el que use para el desarrollo de su actividad profesional. La traducción indirecta consiste en tomar como texto origen una traducción elaborada previamente en una tercera lengua que denominaremos lengua intermediaria o lingua franca.

Las traducciones indirectas todavía son muy comunes en textos provenientes de idiomas que en Occidente consideramos extraños, exóticos o que cuentan con un número reducido de traductores. Así, las lenguas asiáticas, africanas, de Europa del Este o de Oriente Medio son las que más sufren este tipo de traducción. Antaño, se debía principalmente a la escasez de traductores que trabajaban con esos pares lingüísticos; sin embargo, la globalización, la expansión de la educación y la profesionalización de la traducción han hecho posible que, por ejemplo, las traducciones directas del chino o del turco al español ya no sean consideradas como una empresa imposible.

Entonces, ¿cuál es el inconveniente de la traducción indirecta? Como explica la Dra. Sara Rovira-Esteva, doctora en Teoría de la Traducción, en su publicación La representación del otro chino a través de la traducción de los referentes culturales, si utilizamos textos intermedios para llevar a cabo el proceso traductor estamos comprometiendo el producto final y facilitando el traslado de errores y presuposiciones desde esa cultura que se ha utilizado como puente. Por un lado, estamos aumentando las posibilidades de arrastrar los fallos e imprecisiones que haya en el texto intermedio a nuestra traducción final; y por otro, estamos obligando a nuestro cliente a entender el texto original a través de un prisma distorsionado. Es decir, si renunciamos a realizar nuestras traducciones directamente del texto original y recurrimos a traducciones intermedias, corremos el riesgo de aproximarnos al otro con ojos ajenos y ver representaciones de la identidad del otro que no son conformes ni a nuestra sensibilidad cultural ni a nuestra ética de la traducción No obstante, a pesar de todas estas desventajas, la traducción indirecta sigue beneficiándose de cierta demanda cuando tratamos con las combinaciones lingüísticas ya mencionadas. Lo cierto es que muchos editores y clientes, bajo la errónea impresión de que el inglés o el francés son lenguas de mayor prestigio, piden que se utilicen esos textos intermedios para sus encargos. Consideran que son textos consolidados y que las lenguas intermediarias (normalmente el inglés o el francés) gozan de una posición jerárquica  superior que justifica las posibles variaciones o imprecisiones de traducción.

En Translator L&F sabemos que la traducción directa es garantía de calidad y por ello contamos con una cartera de traductores profesionales que trabajan únicamente hacia su lengua materna. En nuestro modelo único de servicio no se concibe trabajar con traducciones realizadas por terceros, ni tampoco depositamos nuestra confianza en textos intermedios que ponen en peligro la adecuación y la corrección del producto final. Por lo tanto, si buscas una traducción rigurosa y fiel al texto original, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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